Bocado se sitúa en una de las zonas más exclusivas de Valencia, en plena Alameda, y representa un ejemplo de cómo una intervención puntual y estratégica puede transformar por completo la percepción de un espacio.

En este proyecto, el reto no consistía en una reforma integral, sino en una actuación precisa y medida para actualizar la imagen del restaurante, elevando su elegancia y sofisticación sin alterar su esencia ni sus acabados originales. El objetivo era claro: potenciar lo existente mediante decisiones certeras de diseño.

La clave del proyecto reside en la elección de materiales y la iluminación. Se conservaron los alicatados originales en blanco y negro, integrándolos en una nueva narrativa visual más contemporánea. La sustitución de las antiguas mesas de madera por otras con acabado en Calacatta aporta una luminosidad inmediata al ambiente, al tiempo que refuerza la percepción de limpieza y estilo.

La intervención más significativa se realiza en la barra, que se forra completamente con el mismo acabado y se enmarca con una línea de luz LED cálida, convirtiéndose en el nuevo eje visual del local y aportando un sutil toque glamuroso.

El espacio se articula en torno a una pieza central: una mesa principal de mármol negro, que se convierte en protagonista gracias a la presencia de una lámpara escultural cuidadosamente seleccionada, que aporta jerarquía, carácter y una atmósfera envolvente.

Bocado es una muestra de cómo la arquitectura interior puede transformar sin demoler, repensar sin borrar, y construir identidad desde lo sutil. Un proyecto que respeta lo existente y lo eleva a través del diseño.